miércoles, 26 de noviembre de 2014

Mercedes Sosa - Gracias a la vida


Miguel de Unamuno - Nuestro secreto



No me preguntes más, es mi secreto, 
secreto para mí terrible y santo; 
ante él me velo con un negro manto 
de luto de piedad; no rompo el seto 

que cierra su recinto, me someto 
de mi vida al misterio, el desencanto 
huyendo del saber y a Dios levanto 

con mis ojos mi pecho siempre inquieto. 

Hay del alma en el fondo oscura sima 
y en ella hay un fatídico recodo 
que es nefando franquear; allá en la cima 

brilla el sol que hace polvo al sucio lodo; 
alza los ojos y tu pecho anima; 
conócete, mortal, mas no del todo.

martes, 25 de noviembre de 2014

Alfonsina Storni - Retrato de Garcia Lorca

Buscando raíces de alas
la frente
se le desplaza
a derecha
e izquierda.

Y sobre el remolino
de la cara
se le fija,
telón del más allá,
comba y ancha.

Una alimaña
le grita en la nariz
que intenta aplastársele
enfurecida...

Irrumpe un griego
por sus ojos distantes.

Un griego
que sofocan de enredaderas
las colinas andaluzas
de sus pómulos
y el valle trémulo
de su boca.

Salta su garganta
hacia afuera
pidiendo
la navaja lunada
de aguas filosas.

Cortádsela.
De norte a sud.
De este a oeste.

Dejad volar la cabeza,
la cabeza sola,
herida de ondas marinas
negras...

Y de caracolas de sátiro
que le caen
como campánulas
en la cara
de máscara antigua.

Apagadle
la voz de madera,
cavernosa,
arrebujada
en las catacumbas nasales.

Libradlo de ella,
y de sus brazos dulces,
y de su cuerpo terroso.

Forzadle sólo,
antes de lanzarlo
al espacio,
el arco de las cejas
hasta hacerlos puentes
del Atlántico,
del Pacífico...

Por donde los ojos,
navíos extraviados,
circulen
sin puertos
ni orillas...

Gabriela Mistral - La lluvia lenta

Esta agua medrosa y triste, 
como un niño que padece, 
antes de tocar la tierra 
desfallece. 

Quieto el árbol, quieto el viento, 
¡y en el silencio estupendo, 
este fino llanto amargo 
cayendo! 

El cielo es como un inmenso 
corazón que se abre, amargo. 
No llueve: es un sangrar lento 
y largo. 

Dentro del hogar, los hombres 
no sienten esta amargura, 
este envío de agua triste 
de la altura. 

Este largo y fatigante 
descender de aguas vencidas, 
hacia la Tierra yacente 
y transida. 

Llueve... y como un chacal trágico 
la noche acecha en la sierra. 
¿Qué va a surgir, en la sombra, 
de la Tierra? 

¿Dormiréis, mientras afuera 
cae, sufriendo, esta agua inerte, 
de la Muerte?

lunes, 17 de noviembre de 2014

Vicente Aleixandre - Juventud

Estancia soleada:
A estas paredes blancas,
clausura de esperanza.

Paredes, techo, suelo:
gajo prieto de tiempo.
Mi cuerpo, vida, esbelto.

Se le caerán un día
límites. ¡Qué divina
desnudez! Peregrina
luz. ¡Alegría, alegría!

Pero estarán cerrados
los ojos. Derribados
paredones. Al raso,
luceros clausurados.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Emilia Pardo Bazan - Soneto

Considera que en humo se convierte
el dulce bien de tu mayor contento,
y apenas vive un rápico momento
la gloria humana y el placer más fuerte.
Tal es del hombre la inmutable suerte:
nunca saciar su ansioso pensamiento,
y al precio de su afán y su tormento
adquirir el descanso de la muerte.
La muerte, triste, pálida y divina,
ala fin de nuestros años nos espera
como al esposo infiel la fiel esposa;
y al rayo de la fe que la ilumina,
cuando al malvado se parece austera,
al varón justo se presenta hermosa.

Amado Nervo - Cobardia

Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza! 
¡Qué rubios cabellos de trigo garzul! 
¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza 
de porte! ¡Qué formas bajo el fino tul... 

Pasó con su madre. Volvió la cabeza: 
¡me clavó muy hondo su mirada azul! 

Quedé como en éxtasis... Con febril premura, 
«¡Síguela!», gritaron cuerpo y alma al par. 

...Pero tuve miedo de amar con locura, 
de abrir mis heridas, que suelen sangrar, 
¡y no obstante toda mi sed de ternura, 
cerrando los ojos, la dejé pasar!