Aun eres mio, porque no te tuve
cuanto tardan, sin ti,
las olas en pasar.
Cuando el amor comienza hay un momento
en que Dios se sorprende
de haber urdido algo tan hermoso.
Entonces se inaugura
-entre el fulgor y ele júbilo-
el mundo nuevamente
y pedir lo imposible
no es pedir demasiado.
Fue a la vera del mar, a medianoche.
Supe que estaba Dios
y que la arena y tú
y el mar y yo y la luna
éramos Dios. Y lo adoré.
cuanto tardan, sin ti,
las olas en pasar.
Cuando el amor comienza hay un momento
en que Dios se sorprende
de haber urdido algo tan hermoso.
Entonces se inaugura
-entre el fulgor y ele júbilo-
el mundo nuevamente
y pedir lo imposible
no es pedir demasiado.
Fue a la vera del mar, a medianoche.
Supe que estaba Dios
y que la arena y tú
y el mar y yo y la luna
éramos Dios. Y lo adoré.